La educación europea: España Vs Finlandia
En esta tercera entrada voy a
comparar el sistema educativo español con el sistema educativo finlandés.
Después de la clase de hoy, he buscado más información sobre este último ya que
no llegaba a comprender cómo eran capaces de aprender y obtener grandes
resultados con un sistema tan flexible.
En Finlandia los docentes son
profesionales valorados, ya que su titulación es exigente y complicada, lo que
hace que estén muy bien preparados y lo estudien las personas con verdadera
vocación. Sin embargo, en España, la figura del profesor no tiene gran
autoridad en la escuela y en la sociedad. El principal problema es la gran
cantidad de gente que estudia esta carrera sin vocación, ya que luego se
refleja en su forma de dar clase. No obstante, es necesario que esta profesión
sea más valorada, ya que sería un incentivo para ellos y podría mejorar el proceso de enseñanza y de aprendizaje.
Una de las cosas que me ha parecido más curiosa es que en Finlandia la educación es pública para todos. En este vídeo afirmaban que, al ir los niños con padres ricos a colegios con el resto de la gente, los padres se aseguraban de que fueran estupendos, así como fomentaban la amistad entre todos los niños. En España sí existe educación de pago, lo que genera mucha competencia entre padres y alumnos por acceder a los “mejores” colegios o, al menos, los que ellos consideran. Esto provoca que colegios como los públicos rurales o de barrios problemáticos en las ciudades sean menospreciados. Yo he estudiado en un colegio público rural y no me considero peor que si hubiera ido al colegio privado más caro de la ciudad: he recibido una buena educación igualmente.
El sistema educativo finlandés
establece un currículo común para todos los centros, aunque luego son los
mismos los que lo organizan. Es importante que la educación siga unas líneas
generales y un marco común para todos, de forma que todos consigan los mismos
logros. Por el contrario, en España, existen diferencias significativas entre
centros. Considero que el currículo educativo común es básico para garantizar
la calidad de la formación igualitaria en todas las etapas.
La implicación de las familias en
Finlandia es fundamental. Incluso los padres reciben ayudas para la
conciliación de la vida laboral y familiar, para poder disfrutar de más tiempo
con sus hijos. Tristemente en España no siempre puede ser así, y es que
dependiendo del trabajo hay padres que no pueden pasar tiempo con sus hijos,
siendo muy perjudicial para ellos.
Una similitud entre ambos países
es la personalización de la educación. Desde los primeros años de colegio se
interviene para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, evitando que
sus dificultades aumenten con los años. Una vez más, Finlandia destaca sobre
España ya que normalmente los profesores se ocupan de los mismos grupos para
poder seguir su evolución mientras que en nuestro país no.
Tanto en Finlandia como en España,
el alumnado tiene tiempo para aprender, jugar y descansar ya que las jornadas
lectivas no son muy extensas. El hecho de que en Finlandia no tengan deberes lo
veo un error porque es la forma de que el alumno se enfrente en solitario y
compruebe realmente si ha comprendido la lección. En España sí hay deberes, lo
cual, en la medida justa, es un acierto.
En mi opinión, ambos sistemas
tienen aspectos positivos y negativos. Un sistema que tomara medidas de ambos sería
lo ideal.
¿Estáis de acuerdo? Nos vemos en comentarios o en la siguiente entrada.
¡Hasta pronto!
💋
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Nuestro sistema tiene aspectos muy positivos que ha dado como resultado niños y niñas básicamente más felices que la media de los países de nuestro entorno... pero hay algo en el carácter de todo español/a que nos lleva a ser negativo... Miremos a Finlandia para aprender a valorar lo nuestro al tiempo que para exigir ese Pacto por la Educación, mayores inversiones... y profesores al menos tan motivados como tú.
ResponderEliminarAsí es. Creo que vamos por el camino adecuado, pero aún nos queda bastante por recorrer. ¡Gracias por tu comentario!
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